miércoles, 15 de febrero de 2012

Aceda o Acedera


Nombre común o vulgar: Aceda o Acedera
Nombre científico: Rumex acetosa

Características

Planta silvestre, herbácea, de flores rojizas, el tallo de esta planta es erecto, simple y estriado que puede llegar a crecer hasta un metro de altura, suele tener un color rojizo en la base. Las raíces son perennes y algo leñosas.

Las hojas son lanceoladas, de color verde intenso con el nervio central mas claro, carnosas, comestibles, con sabor ácido, las inferiores están sujetas por un delgado y largo pecíolo que se va reduciendo en las más altas hasta desaparecer en las superiores. Las flores y aparecen en la parte superior del tallo formando ramilletes de flores de color verde-rojizo que al madurar se vuelven de color púrpura. La cepa es poco tuberosa (con poco engrosamiento de la raíz) de la que salen abundantes raíces delgadas. Hay plantas de los dos sexos (dioicas) macho y hembra. Las semillas maduras son brillantes y de color marrón.

Hábitat

Es una planta vivaz muy común en el Valle de Vídriales, que crece junto a los caminos, en adiles y lindes, puede aparecer en cualquier tipo de suelo,  en aquellos ricos en hierro, en terrenos húmedos y en zonas umbrías cercanas a cursos de agua.

Usos


Hay tratados médicos de Galeno y otros que hacen mención a las propiedades del agua para curar las afecciones que el ser humano ha padecido a lo largo de su historia. Estas recomendaciones pasaron a la Edad Media y Moderna, además de referirse al agua en sí, llamaban agua a unos preparados en los que intervenían las hierbas. Pócimas, medicinas o venenos que tomaban, usualmente encerrando propiedades mágicas.

Así tenemos la llamada “agua de acederas”, que se utilizó para combatir la peste y que se trata del líquido resultante después de haber cocido esta planta.

  • Son comestibles tanto sus hojas como sus tallos tiernos, que tienen un sabor áspero y ácido característico parecido al del limón, añade una nota refrescante a las ensaladas. También se toma cocida como las acelgas y espinacas. Además, si te pasas comiéndola, el ácido oxálico da una sensación de que la lengua se ha dormido.

  • La acedera se considera aperitiva y diurética, en la antigüedad se le atribuyó la cualidad de purificar la sangre. Debido a su alto contenido en Vitamina C se considera antiescorbútica. Si tienes a mano una hoja de acedera cuando notas que te ha picado un mosquito, aplástala sobre el punto de la picadura, dicen que te ahorrarás las molestias de la picadura y evitarás la inflamación. 

  • Consumida en fresco resulta muy recomendable para quitar la sed. Las hojas (y en general toda la planta) masticadas proporcionan un agradable sabor acidulado y refrescante.

Observaciones y precauciones

Si se consume en gran cantidad, se combina con minerales como el calcio y el hierro, dificultando su absorción, y favorece la formación de cálculos (piedras) en el riñón.
 Las raíces y las semillas pueden utilizarse en decocción como diurético y contra las infecciones cutáneas (sarna). En caso de intoxicación o dosis excesivas, puede causar vómitos y/o diarrea.

Recordar siempre: Esta monografía tiene la UNICA intención de servir de vía informativa, por lo tanto la descripción de los remedios para los que la empleaban nuestros antepasados no se debe interpretar como un consejo médico. No sana todo lo que es natural.


© Feliciano B.A. (Febrero de 2012)

martes, 14 de febrero de 2012

Contribución al conocimiento de nombres vernáculos y usos tradicionales de las plantas en el entorno del Valle de Vídriales.

En ésta aproximación a las plantas de un rincón de la Comunidad de Castilla-León, las del Valle de Vídriales, no he intentado realizar una guía con su lista por orden alfabético tipo catalogo, sino que, a medida que vaya completando la descripción de cada planta la iré publicando. Primero, para despertar curiosidad o interés y segundo, porque iré trabajando sin la presión de dejarme alguna fuera del orden que, merecidamente, le pudiera corresponder.

Lo haré con la claridad que me permita mi conocimiento y los libros de botánica que tengo a mi alcance, sin emplear muchos tecnicismos ni denominaciones científicas. Y con la profundidad del trabajo bien hecho, dejando al descubierto cualquier rasgo que pueda diferenciar una planta de otra, para que al ver una “hierba” podamos distinguirla y, cuando menos, recordar su nombre.
 
Intentaré quitarle toda la solemnidad y toda artificiosa pretensión de botánica científica. Lo mío, solo, es afición. Se trata de un repaso a las plantas que pisamos cada día que salimos al campo sin saber, en muchos casos, como se llaman.

Tampoco se trata de decir que he robado los secretos guardados en el templo del saber y los voy a publicar a mi antojo. Solo pretendo que los amigos de las plantas, del valle y su entorno, se aproximen con interés a este trabajo y puedan reconocer aquellas que pueblan sus prados, huertas, montes, lindes y bordes de caminos.

Del mismo modo que los animales, las plantas han constituido una ayuda y una parte importante en la cultura de nuestros pueblos. La gente las conocía y les daba nombres sobre todo porque algunas podían ser venenosas y otras muchas porque podían sacarles provecho, ya que se utilizaban en la alimentación humana o del ganado, para hacer fuego o como materias primas en la elaboración de herramientas, además de la botica tradicional. Hoy, con la lógica salvedad de los aficionados y estudiosos de botánica, estos conocimientos etnobotánicos están en  trance de desaparecer. Por este motivo me he propuesto la tarea de recuperar los nombres vernáculos y los usos de estas plantas para lectura de curiosos, pobladores agrícolas, amas de casa, neohortelanos y adolescentes maduros desocupados, como es mi propio caso.

 El origen y descripción de la mayoría de estos nombres no es otro que el de un feliz hallazgo en el libro titulado “Claves para la determinación de plantas vasculares”, que todos podéis encontrar en las librerías y bibliotecas, solo hay que tener tiempo para dedicarse a su estudio con cierta dosis de paciencia. Descubrir de que planta se trata, nombre vulgar y científico lleva su tiempo.

 Algunas cosas se saben desde hace siglos, la ciencia de las plantas, como muchas otras, tuvo la primera expresión en la Grecia clásica, posteriormente fue el Imperio romano quien continuó su desarrollo. Entre todas las figuras de ésta época destacan Aristóteles, Teofrasto, Plinio el Viejo y Dioscórides.[]

Sin olvidar al padre de la genética Gregor Johann Mendel[] fue un monje agustino católico y naturalista nacido en Austria que describió, por medio de los trabajos que llevó a cabo con diferentes variedades del guisante (Pisum sativum), las hoy llamadas leyes de Mendel que rigen la herencia genética.

Para empezar a hablar de plantas ya está bien. No era necesaria una introducción con resumen de cultura general sobre los primeros botánicos, pero a mi me parece que su contribución al conocimiento de las plantas es de admirar y reconocer. Ahora vamos a poner manos a la obra, a las plantas en el entorno del Valle de Vídriales.

  

Bibliografía

Esta información fué adquirida en:

·                                 Universidad de Alcalá de Henares (Programa Ciencias Naturales)

·                                 Biblioteca digital Real Jardín Botánico Madrid – Proyecto Anthos

·                                 Claves para la determinación de plantas vasculares.

·                                 Varios sitios de Internet

·                                 Libros y guías de botánica

© Feliciano B.A. (Febrero de 2012)